El principio ético y político de igualdad de tod@s l@s individu@s de la especie humana es hoy en día reconocido por casi tod@s. Se admite casi universalmente que toda discriminación entre individu@s human@s basada en un criterio arbitrario es injusta y debe ser abolida.
Desde que terminó el apartheid interracial en África del Sur, ningún Estado practica abiertamente la discriminación entre los human@s en función del criterio arbitrario del color de piel. Hoy en día, sin embargo, otro criterio igualmente arbitrario sigue siendo aceptado y aplicado por casi todos los Estados del mundo. Él que un ser humano nazca en un lugar y no en otro, de padres de una nacionalidad y no de otra y por ello tenga él mismo una nacionalidad y no otra, es fruto del azar y no puede ser aceptado como un criterio no arbitrario de discriminación.
En función de este criterio arbitrario de nacionalidad, los Estados permiten o rehúsan a l@s individu@s human@s el derecho de residir en su territorio, así como el acceso a las ventajas sociales de las cuales gozan l@s nativ@s. Esta discriminación arbitraria así como el apartheid interracial de África del Sur, no sería más que una curiosidad absurda pero relativamente benigna si sólo se tratara de una simple separación. Ahora bien, la realidad del mundo de hoy está marcada por la existencia de varias zonas en las cuales l@s habitantes, viven en su mayoría en un estado de miseria pronunciada y sufren una mortalidad elevada; y de otras zonas cuy@s habitantes gozan de condiciones si no siempre buenas, por lo menos considerablemente mejores que las que son la regla en las regiones pobres. El no permitir a ciert@s individu@s a causa de su nacionalidad que residan en los países ricos significa, de hecho, así como el apartheid interracial, que se les niegue arbitrariamente a algun@s las ventajas muchas veces vitales acordadas a l@s otr@s.
Nosotros reconocemos por consiguiente como gravemente contrarias al principio ético y político de igualdad de las personas humanas, las leyes y reglamentos de los Estados, y en particular de los estados de zonas ricas que prohiben la entrada y la residencia en su territorio a individu@s en función de su nacionalidad. Exigimos la abolición de este apartheid internacional, y exigimos que se tomen todas las medidas apropiadas para hacer efectiva esta abolición cuanto antes.
Aplicando el principio ético y político de igualdad de los seres humanos, nosotros reconocemos como ilegítimas estas leyes y reglamentos. Exigimos su abolición y que tod@ human@ independientemente de su nacionalidad, pueda residir en el territorio de todo estado y disfrutar de una manera igual de todas las ventajas de las que se benefician sus naturales.
Declaramos que no estamos obligad@s a respetar estas leyes ilegítimas y que estamos dispuest@s, si se presenta el caso, a transgredirlas y a ayudar a otr@s a transgredirlas.